Autora: Caroline Darian
Hace un mes culminé este libro. La noche que lo terminé, me había acostado a dormir sin acabarlo, pero no pude. Tuve que voltearme, prender la luz y leer. Me faltaban pocas páginas.
Caroline Darian es la hija de Gisèle Pélicot y Dominique Pélicot, quien durante años, drogó y permitió que múltiples hombres llegarán hasta la casa del matrimonio para violar a Gisèle.

En este relato, a manera de diario, Caroline narra lo que vivió desde que se enteró de lo que había hecho su padre hasta antes del juicio.
He seguido este caso, que ha ocurrido en Francia, desde el día 1. Además de lo horroso que fue lo que hizo Dominique, no tan solo con su esposa, sino con su propia hija y otras mujeres, este caso ha llamado la atención internacional porque Gisèle renunció a mantenerse en el anonimato. Decidió mostrar su rostro. Con su cita: «Que la vergüenza cambie de bando», nos dio a todos una lección de valentía y dignidad.
Con este libro, me contesté muchas preguntas, sobre todo, las relacionadas a cómo Gisèle no se dio cuenta de lo que ocurrió. Me cuestionaba acerca de qué sentía cuando despertaba después de haber sido drogada y violada; ¿no sentía que había tenido relaciones sexuales forzadas, no le dolía, sangraba o se sentía inflamada? Leer las respuestas me desagarró el corazón. Su hija fue atando cabos y leer cómo va armando el rompecabezas es doloroso.
La escritura para Caroline ha sido la salvación, además del trabajo para darle voz a las mujeres que como su madre han sufrido violaciones por sumisión química.
Se los recomiendo. Es duro y profundo. Su lectura les permitirá reflexionar sobre cuándo bajo e iracundo puede ser un humano; a la vez, cómo el amor de la familia salva.
Espero que Caroline haya escrito lo vivido durante el juicio.
Esta historia es digna de divulgación.

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